Cuando Jacques Rivette publicó su primer artículo sobre el cine lo tituló"Ya no somos inocentes",porque para él un film es la ruina que queda tras un rodaje,el "cine" es lo que se va improvisando,no lo que se monta.Nunca le aburría el rodaje porque ahí estaba la esencia,en contraposición con Alfred H. que llegaba a dormirse de sopor.
Acabo de ver "LA BELLE NOISEUSE",elogio de la lentitud y precavido acercamiento al proceso creativo,en este caso de un pintor.Maravillosas actuaciones,con Michel Picoli y Jane Birkin al frente.Emmanuelle Béart.
Ángel Quintana hace un análisis muy hermoso en los extras.
El cine que me gusta es así,el que limpia mi mirada de excesos técnicos y manipulaciones del sentir.No me gustaron Los abrazos rotos ni Vicky Cristina Barcelona(Santo dios,qué título más ridículo para ,en mi opinión,un trozo inmenso de nada).
¿Qué tiene esto que ver con el cine?.¿Con Murnau,Lang,Ford,Ray,Tarkovski,Angelopoulos,Truffaut.....?.¿Qué queda cuando se encienden las luces,si la has aguantado hasta el final?.En mi caso,olvido fácil.
Una pátina de verdad,un algo que nos recuerde y recordemos.
A mi alrededor tengo a personas que no soportan la verdad,ni la suya ni la de los demás y eso añade dolor a mi dolor,demasiado dolor dice el Tapir;es lo que hay,amigo mío,feliz tú si transitas por historias verdaderas.
Aunque eso sí;como dice Jean Cocteau en el diario de rodaje de "LA BELLE ET LA BÊTE":
"Si el destino me contradice,lo combatiré.
Inventaré contra él alguna estratagema".
Y Catherine Cusset habla de lo que le interesa"todo aquello de lo que no se puede hablar,una de ellas la falta de comunicación."Me interesa el dolor ,en todas sus formas y cuando se habla de familia es inevitable hablar de dolor.Es imposible dejar de ser hijos o padres,El pasado siempre nos perseguirá".Se publica su último libro:Las vidas de Lenush en la editorial El ALEPH.
El dolor revela las cosas y más vale que lo sepamos porque la más imperdonable forma de autoengaño es la compasión.
Seamos al menos verdad para nosotros,aunque duela a morir.
Porque aceptar la vida que se nos ofrece puede ser insoportable.
Contradeciré mi destino.
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