Ayer me regalé un cambio climático,un territorio sombrío y espectacularmente frondoso:SCOTT WALKER 30 CENTURY MAN(STEPHEN KIJAK,2006.Executive producer:DAVID BOWIE).
"Me he acostumbrado a la oscuridad .No soy capaz de recordar si alguna vez la he temido ,aunque estoy seguro de que sí,pero ahora la siento como algo natural,seguro y sobre todo abarcable,por muchas cosas que encubra en realidad.Esto no significa nada .Nada es equiparable a la elasticidad y la libertad de la que goza el cuerpo en ella,sin límites superiores ni distancias acotadas ,pues en la oscuridad no hay nada de eso.NO ES MÁS QUE UN ESPACIO INMENSO EN QUE MOVERSE" (Salir a robar caballos.Per Petterson).
Scott Walker es un espacio inmenso en que moverse,sin límites ni distancias acotadas.
Me perdí allí,en su infinitud,en el abismo doloroso de su belleza.
Tan lejano como pudiera ser cualquier estrella a punto de morir.
Y a la vez idiomáticamente semejante,inmerso en la incerteza y el desgarramiento.Su voz ahora parece el titubeo de la soledad profunda,el temblor,el temblor.
Me agarró por dentro y no me suelta ni quiero.Cuando alcanzo algo así todas las minucias del cotidiano son aún más minucias;el ruido de fondo adormecedor que invalida cualquier intento de brillo,ese esplendor que nos falta,nos falta por mucho que lo disfrazemos de moderneces y fugas.
He estado en el abismo aterrador y gozoso de Scott.Nada me falta.
Abstenerse curiosos.
No está hecho su Infierno para principiantes.
Hoy me dejé besar Modiano por Vincent Delerm,adorable en los rincones del Paris que yo me invente.
Así llegan los visitantes de mirada intensa.
Los que no se irán.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario