Si los días no tienen sentido,oír a Richard Hawley se lo proporciona;acariciando,susurrando al tiempo,esa sustancia que detiene y conjuga con su verbo,el verbo de Richard.
Y ahí estoy,en el delicado transcurrir de sus relojes,en el aireado paisaje de su universo,tan suyo,oceánico como pocos.
Un día perfecto para el pez plátano de Salinger y otros cuentos que vuelvo a leer para no sucumbir,para volverse norte y desaprender todos los mapas.
Salir a robar caballos y Maldecir el río del tiempo para descubrir a Per Petterson ,porque merece la pena ser noruega esta vez.
Si los días apenas tienen sentido se abren las puertas y devolvemos la mirada,una mirada intensa que sabemos que no vamos a olvidar.
A ellos.
A los visitantes que llegan ,siempre.
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