Me apropio del título de una película de Win Wenders para describir este estado en el que estoy;tan lejos,tan cerca de los otros que no son yo.A ver,compartir gustos literarios,musicales cinematográficos es buena cosa pero no basta,ha de haber deseos de acercarse,de profundizar,de atreverse al misterio insondable que algunos provocan;si soltamos peroratas maravillosas sin esperar la comunión ,mejor dejarlo estar y venga,pajas mentales,yo me lo guiso,yo me lo como.
A veces me parece de una inutilidad este blog que me espanta,poner en una red opiniones y pensamientos que apenas nadie lee es casi absurdo,siempre he escrito para mí,desde muy pequeña ,me gusta hacerlo en papel,cuando va surgiendo ese fogonazo,la inspiración, la musa,lo que sea...decenas de folios andan por la casa demandando su lugar,una atención que no siempre les brindo.Por tanto,pulular por escenas virtuales demuestra el punto vanidoso,vanidoso que tenemos en mayor o menor medida,que nos lean,que epatemos con textos brillantes,somos la hostia,tú.
Oigo EL ALCE de McEnroe y a Bart Davenpot y qué delicia,cómo se suavizan mis furias ,se embellecen la tristeza y la desolación de saberse solo y frágil.Me ennoblece cada día acudir a blogs que amo,que sigo con el convencimiento de acercarme a idiomas propios,a versiones mejoradas del que escribe y lo deja ahí,a mi alcance.
Quiero ser Atticus Finch.
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