sábado, 11 de diciembre de 2010

Y UNA MÁS

Persigo los extremos
de mí
porque no puedo hacer otra cosa
no consigo adecuarme a la
linealidad.
No,
no encajo
en el árbol genealógico de mis apellidos
no los reconozco
a veces hasta los detesto
¿cuántas muertes me preceden?.
¨No será a mí a quién depositen
en la tierra,
no será a mí¨(Marina Tsvietáieva)
No conviene,
no,
no conviene mostrar la tristeza
la pesada carga que supone
agraviar así
al origen
ser un hijo precario
que maldice
el río del tiempo.
Sí,
utilizar la lengua muerta de
los tecnócratas
para despojarnos del
dolor,
usar las palabras como
disfraces,
domesticar el caos con
precisión quirúrgica.
¿Qué era la Vida,
entonces?.
Ay,¿qué era?.
¿Una antigua intimidad?.
¿Una mayúscula petrificante?
Esa temible-deseable aproximación
a la Incandescencia.
ABSOLUTA.
No,
no era verdad
que todo es
relativo.

1 comentario:

  1. Dejarse acunar por la vida
    dejar que sea ella la que nos viva,
    en ese íntimo vaivén
    quizás nos despojemos del dolor
    y hallemos lo que cuerpo
    y alma necesita.

    Un abrazo muy, muy grande Elena.

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