Enhebro un día con otro en una especie de delicadísimo tejido.
Absoluta fragilidad.
Fractalidad.
Fatalidad.
Los pasos que no he dado me desprecian
salvajemente.
Imagino las salidas de emergencia y
me instalo definitivamente en
ese minúsculo matiz que me diferencia de
casi todos.
¿Cómo rentabilizar este caos,
la enmarañada coexistencia del fulgor y
la desdicha?
Pospongo la huída.NADA MÁS.
Mientras,
tiendo puentes de flores sobre mis
abismos.
Por si quieres cruzar.
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Jamás es " minúsculo el matiz" que te diferencia...
ResponderEliminary qué bueno que tiendas " puentes de flores sobre tus abismos "
Cruzaremos... Elena!!
Un abrazo sin fragilidad!!
Gracias por todos vuestros comentarios y por acompañarme en este viaje que presumo nos llevará a paisajes más abiertos ´menos pautados,decididamente libres.
ResponderEliminarOs abrazo sinceramente.
...la enmarañada coexistencia del fulgor y la desdicha...
ResponderEliminarTu lo describes perfecto. Ahí estamos...y crucemos esos puentes...sí.
Un abrazo grande.
Cuando hablas nos describes a todos. Siempre me siento expuesta en tus palabras y me asusto y me emociono, me lleno de ganas y de sueños.
ResponderEliminarA mi también me desprecian mis errores y mis vacíos y aunque no es fácil procuro no dejarles demasiado de mí. Porque necesito perdonarme y seguir.
Todos lo necesitamos.
Un beso grande.
Todos somos diferentes y únicos,pero está bien tender puentes.El aislamiento duele.No nos pongamos fronteras a nosotros mismos.
ResponderEliminarCruzaremos Elena.
Un abrazo muy grande.